Las huellas desaparecían

A UN SEMEJANTE - Tango

Vení,­ charlemos, sentate un poco
La humanidad se viene encima,
Ya no podemos, hermano loco
Buscar a Dios por las esquinas...
Se lo llevaron, lo secuestraron
Y nadie paga su rescate,
Vení que afuera está el turbión,
De tanta gente sin piedad
De tanto ser sin corazón...

Si a vos te duele como a mí
La lluvia en el jardí­n y en una rosa,
Si te dan ganas de llorar
A fuerza de vibrar, por cualquier cosa...
Decí­ qué hacemos vos y yo
Qué cosa vos y yo, sobre este mundo,
Sembrando amor en un desierto
Tan estéril y tan muerto que no crece ya la flor...

Vení,­ charlemos, sentate un poco
No ves que sos mi semejante,
A ver, probemos, hermano loco
Salvar el alma cuanto antes...
Es un asombro tener tu hombro
Y es un milagro la ternura,
Sentir tu mano fraternal,
Saber que siempre para vos
El bien es bien y el mal es mal...

Si a vos te duele como a mí
La lluvia en el jardí­n y en una rosa,
Si te dan ganas de llorar
A fuerza de vibrar, por cualquier cosa...
Decí­ qué hacemos vos y yo
Qué cosa vos y yo, sobre este mundo,
Sembrando amor en un desierto
Tan estéril y tan muerto que no crece ya la flor...

Letra y música : Eladia Blázquez

Un bello obsequio recibido de mi querida amiga Estela del blog "Algún día creceré despacio", una argentina que por sus raíces y derecho de nacimiento, ama el tango y la poesía, siendo una poetisa consagrada con dosis de elevada ternura...

Y para dejar constancia de ello voy a subir una de las poesías que más me han tocado los sentimientos al ir leyéndola, dejándome llevar hasta la cúspide de la interpretación...

SIN HUELLAS

Amarré mi barca,
y tu en la orilla
esperabas quieto,
mirando mi cuerpo
mientras abrazabas
flores amarillas.

Las tomé en silencio,
y besé tu frente curtida,
hundiendo de a poco
los pies en la arena.

Fuimos caminando,
la arena corría,
el viento travieso,
sus granos barrìa,
borrando las huellas
que juntos hicimos,
eran nuestras huellas,
y desaparecían.

Detrás de nosotros
no quedaba nada,
nos fuimos perdiendo,
ya oscurecìa,
y hasta aquella barca
que yo creí mía
hasta, aquella barca,
ya no se veía .

ESTELA MENGA

Mil gracias Estela por depararme estos momentos tan acogedores, donde los sentimientos se debaten entre la eofuria de las emociones.

La que firma, que te quiere y admira por toda tu gran valia personal...

María del Carmen